Violencia contra los cristianos en la India



La violencia contra los cristianos por grupos fundamentalistas hindúes ha aumentado en Orissa, India. Aproximadamente 80 personas han perdido sus vidas, 4.000 casas han sido destruidas y cerca de 50.000 se han quedado sin viviendo. En las recientes semanas los ataques se han extendido de Orissa a otros estados indios. Los cristianos han sido culpados del asesinato del líder hindú, Lakhmananda Saraswati, a pesar de las fuertes evidencias que sugerían que habían sido las guerrillas maoístas. Muchas familias cristianas se han retirado a los bosques sólo con las ropas que vestían. Otros viven refugiados en campos escuálidos y han sido avisados que no van a poder regresar a sus casas a menos que renuncien a su fe y se conviertan al hinduismo. Calles han sido bloqueadas por la policía para prevenir los robos y para evitar que los cristianos escapen. Otro sacerdote católico, el Padre Bernard Digal, que fue atacado en agosto, murió en el hospital a finales de octubre. Después de la canonización de Santa Alfonsa, la primera mujer santa de India, el 12 de octubre, el Papa Benedicto XVI condenó estos ataques y pidió a "los autores de la violencia que renuncien a estos actos y se unan a sus hermanos y hermanas en la construcción de una civilización de amor".